Estimado Presidente Lora-Tamayo:
Nos dirigimos a usted con motivo de sus recientes declaraciones y de la carta que ha enviado el 21 de octubre de 2013 a todo el personal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Aunque entendemos la alegría que siente por la última inyección de dinero del Gobierno al CSIC, recibida en una situación extremadamente crítica y angustiosa para el organismo, queremos hacerle llegar la preocupación de muchos investigadores y trabajadores del CSIC, y del sector de la I+D+i, que aún no podemos compartir su optimismo pues la realidad que vivimos no nos lo permite.
Es la preocupación de quienes vemos que los institutos se siguen vaciando de gente joven, los que asistimos a la pérdida del personal post- (o “senior”) que tiene que hacer “de nuevo” las maletas, los que día a día notamos como se reduce la llegada de nuevos pre-doctorales y técnicos, los que creemos que, de seguir así, en pocos años el CSIC no podrá ser competitivo y se habrá perdido una gran parte del esfuerzo realizado.
Es la preocupación de quienes pensamos que paliar el déficit presupuestario del CSIC a base de promesas y créditos año tras año, no es muy diferente a achicar agua con un cubo en un Titanic que se hunde. Usted dijo que, por el déficit arrastrado desde 2009, el CSIC necesitaba una financiación extraordinaria de 150 millones en 2013. Sólo han llegado 95, los últimos 70 “in extremis”, y nos preocupa que la Presidencia del CSIC haya decidido “ahorrar” el dinero que falta (plan de viabilidad 2013/15 y recientes resoluciones) suprimiendo, por ejemplo, nuevas convocatorias JAE o reduciendo en varios programas de personal la cofinanciación efectiva que aportan el CSIC y sus investigadores (por la “pérdida de ciertos fondos remanentes”).
Los presupuestos generales del estado (PGE) para 2014 sólo aumentan la asignación del CSIC en 50 millones, por lo que el déficit previsiblemente continuará, como nuestra preocupación, porque creemos que la verdadera salvación del CSIC no pasa por pedir créditos extraordinarios que prolonguen una larga agonía, sino por conseguir una apuesta firme y real de nuestros políticos por la I+D+i, de modo que haya una política científica coherente y continuada, no a trompicones.
El dinero extra recibido quizá permita evitar la quiebra del CSIC en 2013, y por eso usted dice que el MINECO ha cumplido su promesa de “no dejar caer al CSIC”. Nosotros creemos que, para que el CSIC realmente “no caiga”, para que sea una institución investigadora de primer nivel, se necesita mucho más; entre otras cosas, apostar claramente por el talento y por programas que incorporen personal en el sistema, con contratos adecuados y suficiente estabilidad, ya sea en programas propios o cofinanciando convocatorias públicas (FPI, JdC, R&C, …).
Además, se necesita que el conjunto de la I+D+i en este país esté sana y haya una reforma profunda de la organización del sistema público de Ciencia. Se necesita que los PGE, nuestros políticos, y aquellos que éstos han escogido para gestionar la actividad científica del país, valoren la importancia de la Ciencia y lo que ésta puede aportar a la sociedad. En nuestra opinión, la Ciencia no es un lujo, ni un producto que se vende, no es una carrera por los índices de impacto, ni el hobby de unos elegidos. La Ciencia es una cultura de la superación, de convertir lo desconocido en conocimiento, conocimiento que termina por hacer una sociedad mejor, dotándola de herramientas para enfrentarse a los problemas que surgen. Una sociedad con cultura científica avanza generando calidad y valor añadido, y no dinero rápido y fácil mediante negocios especulativos.
Si todo esto se consiguiera, se estaría salvando de verdad al CSIC y a otras instituciones, habría capacidad para investigar, para contratar y para retener el talento que ahora se nos escapa.
Por eso le pedimos que tenga altura de miras y luche por esa verdadera salvación del CSIC y la Ciencia en España. Contará con nosotros para ello, intentando hacer real el eslogan que mencionaba al iniciar esta etapa como Presidente del CSIC: “el hoy es malo, pero el futuro es nuestro”.
Un cordial saludo.
Asamblea General por la Ciencia (AGC).
Carta de Lora-Tamayo a los trabajadores tras el rescate:
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